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Conciencia en el uso de dispositivos digitales, y Pausa consciente

Conciencia en el uso de dispositivos digitales, y Pausa consciente

Quiero aprovechar este espacio para compartir con vosotros un curso fascinante que estoy haciendo, “The Practice and Science of Yoga”, YOGA MOOC de la Universidad de Arlington.

Yo personalmente llevo casi media vida practicando Yoga, me he hecho profesora y disfruto enormemente tanto en mi practica personal como transmitiendo a otras personas los beneficios de esta practica. Digamos que la parte de practica la llevo clara, sin embargo la parte de la ciencia si que es una cosa nueva para mi. Se que el Yoga funciona para mejorar la calidad de vida, pero no tengo mucha idea como o porque funciona.

El hacer este curso, me esta permitiendo entender de una manera clara los funcionamientos corporales y mentales que me han llevado a esta mejoría en mi calidad de vida.

Esta siendo un curso tan enriquecedor que quiero usar unas lineas de este blog para ir todos juntos experimentando.

Los ejercicios prácticos de esta semana se enfocan en aumentar nuestra conciencia, en el “darnos cuenta” y en auto observarnos.

Esta observación se debe centrar en nuestro uso y “abuso? de la tecnología, y en particular de nuestros dispositivos digitales.

Se refiere a CUANTO tiempo pasamos frente al ordenador, teléfono, tablet etc, y también a QUE hacemos cuando estamos frente a ellos. ¿Es el trabajo que debemos realizar, el correo que debemos contestar o de pronto nos encontramos navegando en facebook y twitter sin saber cuanto tiempo ha pasado?

Así, podremos descifrar cuando estamos realizando un trabajo o utilizando intencionadamente nuestros dispositivos, y cuando es tan solo un abuso por un mal habito.

Yo comencé el ejercicio con el compromiso de interno de observarme, pero, debo reconocer también, con un aire de suficiencia al sentirme muy poco enganchada a mis dispositivos. Yo paso poco tiempo frente al ordenador y cuando lo hago tengo poco tiempo y una tarea especifica, así que allí no había mucho riesgo…. PERO, el móvil es otro historia, para mi, mi móvil es mi oficina, y desde allí hago todo, pero no sentía que divagaba demasiado tiempo…

Este ejercicio me es muy importante, de entrada porque soy madre, y predico todo el tiempo que debemos limitar el uso de tecnología con los niños. Mis hijos tienen 2 horas de televisión cada día del fin de semana y una hora de tablet a la semana, y a veces, cuando los veo tan absorbidos por ellos, me da mucho miedo y creo que debería limitarlo aun mas. Siendo así, me pareció un ejercicio fundamental revisarme a mi misma, si en verdad practico lo que predico.

También me parece importante estar consciente de las cosas en las que se me va el tiempo, y decidir conscientemente si es en algo que lo quiero perder. Estoy convencida de que la vida esta hecha de instantes maravillosos y si pasamos la vida con la nariz en el móvil, nos lo vamos a perder.

La idea de este ejercicio es lograr que esta conciencia nos permita usar nuestros dispositivos solo cuando de verdad queremos hacerlo y no ser unos autómatas, esclavos de los mismos. Esto nos lleva a ser mas productivos y ganar un tiempo y espacio precioso para disfrutar la vida haciendo aquello que de verdad queremos hacer.

La segunda parte del ejercicio, denominada “Wiring in the pause” consistía en hacer conscientemente una pausa, cada vez que estuviéramos delante de un dispositivo digital, y hacer cinco respiraciones profundas. Esta pausa nos da el espacio de tiempo para que podamos pensar realmente si eso que estamos a punto de hacer, lo necesitamos o lo queremos de verdad o si es simplemente la inercia.

Mis resultados fueron sorprendentes. Como comencé diciendo, yo me sentía bastante “a salvo” de esta adicción colectiva por la tecnología, y mis observaciones fueron muy esclarecedoras.

Por una parte, me di cuenta de que me acerco al móvil con mucha mas frecuencia de que la creería necesaria… miro si tango algún whatsaap o correo mientras preparo mi café de la mañana, me llevo el móvil al baño, lo reviso al salir de la ducha, y luego, cada hora mas o menos le echo un vistazo. En cuanto recibo algún mensaje, me entra una especie de angustia y desesperación por contestarlo en ese mismo instante, sin importar que sea o no un mensaje urgente, yo quiero contestar YA.

De esas observaciones, me pude “auto justificar” diciéndome que a fin de cuentas es trabajo o mensajes personales y tampoco es divagar, sino son cosas que realmente tengo que hacer. La pregunta es: Cual es la urgencia? Por que la necesidad de vivir profesional y personalmente apresurada??

A mi mente ya le fue mas difícil contestar esta pregunta, y segui observando…

El peor descubrimiento de todos fue darme cuenta de que:

He perdido la capacidad de aburrirme!

Al grado de no poder estar ni 30 segundos sin una tarea concreta porque entonces si, corro al móvil a divagar en Facebook. Allí siempre estoy entretenida con alguna noticia, ya sean artículos de la prensa re posteados o fotos de lo que han hecho mis amigos.

Esto me parece muy muy grave.

Me encontré a mi misma con el móvil en la mano mirando facebook mientras esperaba un ascensor (2 minutos), en el autobús (trayecto de 20 minutos), esperando a que lleguen mis alumnos de Yoga ( 5 minutos), esperando en una cafetería a que llegue una amiga (7 minutos), pero lo peor de todo fue cuando estaba haciendo un puzzle con mi hija de 4 años, y me encontré divagando en Facebook mientras esperaba que ella colocara la pieza en su sitio… Esto si me dio miedo. Mucho.

Todo ese tiempo que antes de tener un smart phone hubiera aprovechado para tener un poco de interacción humana, mirar por la ventana y disfrutar de la ciudad, ver los árboles que se van poniendo rojos y son hermosos en esta época del año o la apertura de algún nuevo local que me parezca interesante, hablando conmigo misma y inventando alguna idea, y en realidad disfrutando de mis hijos.

La verdad, después del primer día, me consto mucho trabajo separar un ejercicio del otro (el de observación pura y dura del de respirar 5 veces y centrarme), porque simplemente al estar consciente y darme cuenta de que estaba siendo infiel a mi misma y mis principios es tremendamente atemorizante, pero también tremendamente esclarecedor, y a partir de allí, se abre una puerta en la que decido conscientemente que quiero recuperar mi capacidad de aburrirme porque con ella viene el enorme don de sorprenderme con lo que la vida tiene para mi, muy lejos de una pantalla digital.

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