Los niños se enfadan.
Los adultos nos enfadamos.
El enfado existe, y no es malo.
Es una emoción valida, como cualquier otra. Surge cuando nos sentimos amenazados, y hace que el cuerpo segregue catecolaminas, lo cual nos da un subidon de energía, muy útil si tenemos que huir o luchar contra la amenaza, pero bastante malo si estamos en una situación cotidiana. En tal caso, el enfado es un mal consejero que se va reforzando a si mismo, avivando sus propias llamas y originando un bucle del que es difícil salir.
Si para los adultos, salir de este bucle es complicado, para los niños, que apenas están comenzando a reconocer sus emociones es una labor tremendamente difícil.
Muchas veces los mandamos al «rincón de pensar», y pretendemos que ellos solos se tranquilicen. Otras veces los dejamos en su pataleta, a cocer en sus jugos, «ya solito se le pasara». En los colegios, retiran al niño que se está portando mal, ya sea a una esquina del salón o al aula de castigo. El problema con el rincón de pensar o el aula de castigo, es que si no les damos algo en que pensar a nuestros niños, tened por seguro que pensarán solo en su enfado, lo justificaran y lo harán más grande. Quizá en apariencia lo superen, pero no estará elaborado y estas cosas, aunque no se vean, dañan por dentro.
Es verdad que a veces debemos retirar a un niño, debido a que su comportamiento no es el adecuado. Sin embargo, debemos acompañarlo y darle herramientas para superarlo.
Gestionar el enfado no es cosa fácil, pero es tremendamente útil y sano.
Vamos a darles a nuestros hijos las herramientas para hacerlo desde que son pequeños! Les estamos haciendo un regalo increíble para tener una infancia y una edad adulta mas feliz, porque lo que esta claro es que nadie disfruta estando enfadado.
He preparado una relajación dirigida enfocada específicamente a lidiar con los enfados, a ayudar a los niños primero que nada a reconocerlos, luego a gestionarlo y poco a poco sacarlos de su sistema.
Mi sueño seria que la utilicéis en casa y en el colegio cuando mandáis a los niños al rincón de pensar, para que poco a poco los niños vayan introyectando la forma de auto controlarse