Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato, pero yo, creo que la curiosidad salvó al gato.
La curiosidad es la que hace al gato ser gato… y a las personas ser personas.
La curiosidad es una cualidad esencial para el desarrollo humano.
Existen numerosos beneficios comprobados de la curiosidad, como mejorar el aprendizaje, mejorar la memoria e incluso mejorar la calidad de nuestras relaciones. La curiosidad tiene el poder de mejorar nuestra vida.
Einstein, sin ir mas lejos, era un maestro de la curiosidad. Decía que la curiosidad es una parte esencial de una vida plena y ese señor dijo muchas cosas que hay que escuchar.
¿Y yo por qué estoy hablando de curiosidad, os preguntareis? Pues porque la curiosidad es una parte fundamental del Minfdulness o Atención plena y a la larga de nuestro bienestar, y eso es lo que estamos buscando en este blog, ¿verdad?
Vamos a desgranar un poquito este concepto.
Todos sabemos que una parte esencial de la meditación de mindfulness es observar nuestros pensamientos y dejarlos pasar. La clave está en observarlos con curiosidad y no con juicio.
Algunas veces somos demasiado rígidos con los pensamientos que nos vienen a la mente y eso nos condiciona mucho, nos salta el juicio de valor y nos impide indagar sobre ellos.
El día de hoy os propongo intentar cambiar el swiche y observar al mundo y a vosotros mismos con curiosidad y no con certeza.
Al hacer este simple cambio en nuestra forma de pensar, de certeza a curiosidad, cambiamos la calidad de nuestra vida, y del día a día para mejor.
La certeza cierra la puerta a nuevas experiencias, nuevas personas, nuevas ideas, nuevas soluciones, nuevas posibilidades nunca antes consideradas. Pero cuando elegimos vivir con curiosidad, la puerta se abre
La curiosidad nos ayuda a mantener una comunicación efectiva porque nos interesa de verdad escuchar la postura del otro. Nos da curiosidad entender sus justificaciones de lo que sea, por muy en contra que podamos estar a priori de lo que nos está diciendo.
Si tenemos curiosidad, miramos a nuestro alrededor con atención y seriedad. Hacemos montones y montones de preguntas, tanto de nosotros mismos como de los demás.
Dar rienda suelta a nuestra curiosidad, y soltar el ‘saber’ es muy liberador.
A fin de cuentas, con la curiosidad aumentamos nuestros momentos de felicidad, porque nuestra mente y nuestros ojos están abiertos, y podemos captar cosas y momentos felices que quizás nunca antes habíamos notado.
La atención es muy importante para la curiosidad porque se correlaciona directamente con nuestras habilidades para enfocar y concentrarnos
La curiosidad es un aspecto primario de la atención plena.
La curiosidad se puede utilizar como una forma de investigar nuestra experiencia, tanto la gozosa como la dolorosa. Si comenzamos por preguntar: “¿Qué es esto?” Sin buscar una respuesta específica, sino que utilizamos la pregunta como método de investigación experiencial.
La práctica de mindfulness o atención plena comienza con la conciencia y el reconocimiento de la realidad. La aceptación no requiere que nos guste lo que está pasando.
Una persona curiosa está totalmente conectada con sus sentidos.
Si a esto le metemos otro de los elementos de los que hemos hablado: la amabilidad; ¡ya está! tenemos una mezcla explosiva.
La curiosidad y la amabilidad son los antídotos contra los prejuicios y los conflictos entre las personas.
Os invito a jugar a ser un poquito mas curiosos, a descubrir si es verdad que la curiosidad salvó al gato, a ser un poquito mas amables y ver que pasa con esa combinación….
Un abrazo gigante
Vuestra Yoguini de cabecera,
Blanca Sissa
Nuestro canal youtube: youtube.com/kefyoga
Recuerda que en Kef Yoga te ofrecemos formación.
Para sabe más has click aquí
Pingback: Ficha: La curiosidad salvó al gato - Kef Yoga