Ficha de trabajo: el perro guardián y el búho sabio
Ficha de trabajo: el perro guardián y el búho sabio

Ficha de trabajo: el perro guardián y el búho sabio

Hola a todos, en la ficha de trabajo de hoy, vamos a explicar a los niños cómo funciona su mente, qué pasa cuando nos enfadamos y cómo la respiración nos puede ayudar a tranquilizarnos. El funcionamiento del sistema nervioso es muy complicado, pero los niños son mucho más listos de lo que a veces creemos, y pueden entender el funcionamiento de nuestra mente si se lo explicamos de una manera divertida y cercana.

Tomemos nuestra ficha ( descargala aquí ), pensemos en un dibujo animado: “El perro guardián y el búho sabio” y hagámoslo de la siguiente manera,

Nuestro cerebro es un órgano muy complicado,
como un gran ordenador de superhéroe.

Tiene un sistema de alarma llamado amígdala.
Es como un perro guardián:
nos cuida y nos protege de los peligros.

Si el perro guardián ve un peligro
podemos quedarnos como estatuas
o echar a correr
o chillar y pelear

Esto está muy bien…
si tenemos que escapar de un incendio;
si nos va a pillar un coche;
al huir de un mamut (que ya no existen)…

Pero la verdad es que estas cosas no pasan tan a menudo.
Nuestro perro guardián nos quiere mucho,
y quiere hacer su trabajo muy bien.

A veces, se le pasa un poquito la mano,
ve peligros donde no los hay…
En las sombras de tu cuarto, cuando te vas a dormir;
en un trueno cuando llueve;
cuando tienes un examen en el cole…

La corteza prefrontal es nuestro búho sabio.
Es una parte muy importante del cerebro de todos,
nos permite pensar y razonar.
Ayuda a tomar buenas decisiones,
le encanta compartir con nuestros amigos
y se preocupa por que nos vaya bien.

Cuando nuestro perro guardián ve algo que le asusta
¡¡hace un gran escándalo!!
Es la amígdala intentando defendernos.

Entonces el búho sabio prefiere quedarse en su casita
y no salir a darnos esas maravillosas ideas que tiene.
La corteza prefrontal no puede trabajar.

Cuando la amígdala se dispara
no podemos pensar bien,
decimos cosas feas,
no pensamos en los demás.

Pero para calmar a nuestro perro guardián
tenemos una herramienta casi mágica:

¡¡La respiración!!

Respira, respira, respira…
Así nuestro perro guardián sabe que es una falsa alarma y se tranquiliza.

Nuestro búho sabio puede volver a salir
a darnos sus ideas y ayudarnos a pensar.

Un abrazo grande y espero que lo disfruten

Vuestra Yoguini de cabecera,

Blanca Sissa
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