El enfado es una emoción normal y saludable que nos ayuda a entender lo que no nos gusta y poner limites. Todos nos enfadamos y eso esta bien. Cuando el enfado se escapa de nuestro control puede ocasionar problemas. Cuando un niño se siente así, existe la posibilidad de que pierda el control y dañe a otros insultando, pegando o rompiendo cosas o se dañe a si mismo dirigiendo el enfado hacia dentro como reacción a la impotencia que siente.
Con esta ficha vamos enseñando a los niños a controlar su enfado utilizando una pausa para respirar y calmarse antes de reaccionar.
Para poder hacer responsables a los niños de una emoción tan poderosa como el enfado, primero debemos enseñarles a reconocerlo y gestionarlo.
La primera fase consiste en la identificación de la emoción en uno mismo y en los demás. Sólo cuando el niño es capaz de reconocer el momento en el que aparece el enfado será capaz de evitar las consecuencias. Para ello utilizamos sensaciones corporales como calor en el cuerpo y ganas de gritar.
Cuando el niño identifica y expresa “estoy enfadado” puede adoptar una postura activa ante el enfado. En esta actividad sugerimos mirar hacia adentro como una tortuguita en su caparazón y respirar profundamente para auto regularse.
Como actividad para trabajar la ficha sugerimos que cada niño piense en algo concreto que lo haya hecho enfadar, y realicemos todos juntos, en ronda, la técnica de la tortuguita.
Vuestra Yoguini de cabecera,
Blanca Sissa
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