Autocompasión y Mindfulness
Autocompasión y Mindfulness

Autocompasión y Mindfulness

Una de las cosas que aprendemos con la práctica de mindfulness, es a tener compasión hacia las personas que nos rodean y a ser compasivos con nosotros mismos.

Eso se llama “Autocompasión”.

Kristin Neff ha definido la autocompasión como la capacidad de ser amables con uno mismo.

Se compone de tres elementos principales: bondad hacia uno mismo, conciencia de nuestra humanidad común (es decir, saber que todos somos humanos y a todos nos pasan cosas malas porque así es la vida) y atención plena, es decir estar en el momento presente, observándolo con curiosidad y sin juicio

Para mi, aprender a ser auto compasivos es uno de los aprendizajes mas importantes que debemos lograr como seres humanos. Por eso mismo, creo que es de las enseñanzas mas importantes que debemos transmitir a nuestros niños desde pequeños.

Tristemente, muchos adultos no hemos logrado aprender a tener autocompasión, y por eso somos nuestros jueces mas duros, los que mas feo nos hablamos cuando cometemos un error y a los que mas nos cuesta perdonar.

¿Quien no se ha descubierto diciéndose a si mismo, tras cometer un error: “¿pero qué tonto!”, “Ya la he liado otra vez”, “¡Me veo fatal!”.
Esto no nos lleva a nada bueno, y ademas es mentira.

Muchas veces, solemos ser muy buenos dando ánimos a los otros y ayudándolos a ver sus cosas buenas, pero al aplicarlo a nosotros mismos no se nos da tan bien.

Imaginemos de nuevo la frase que se nos ocurre cuando el que comete un error es nuestro mejor amigo: “Anda, que no es para tanto”, “Si un error lo tenemos todos”, “Venga, estoy aquí para ti y te abrazo mucho”

¿A que si?

La compasión entendida como el deseo de aliviar el sufrimiento del otro se nos da bastante mejor. Es un valor que nos hace más humanos y sensibles.

Cualquier oportunidad es buena para enseñar al niño a ser compasivo, tanto en las actividades cotidianas del colegio como en el hogar. Eso ya lo hemos hablado en otros posts, pero ahora quiero hacer una pausa y mirarnos a nosotros mismos.

Todas las personas sufrimos y esa compasión que queremos y compartimos con los demás también nos la debemos a nosotros mismos. 

La autocompasión, pasa por entender que somos humanos y tratarnos a nosotros mismos con bondad y calidez, tal como haríamos con un buen amigo.

La raíz de nuestra falta de compasión por nosotros mismos suele ser una gran mentira con la que muchos de nosotros crecimos: para tener éxito, no solo debemos trabajar duro, sino que  debemos ser duros con nosotros mismos.

Vamos a entrenar nuestra autocompasión para ofrecernos alivio.

La práctica continua de mindfulness nos enseña a no juzgar nuestros pensamientos y a ser más bondadosos con nosotros mismos y con los demás.

La autocompasión no significa que siempre estemos llenos de alegría y misericordia. Lo que significa es que nuestro enfoque consciente de lo que está sucediendo, sea amable y compasivo. Así, incluso cuando nos sentimos enojados o frustrados, abrazamos esa experiencia con una consciencia compasiva.

Para no caer en el error, vamos a clarificar aquí algunos de los mitos más grandes con respecto a la autocompasión:

La autocompasión NO significa:

-tener lástima de uno mismo

-ser débil

-tener un carácter totalmente complaciente

-ser narcisista o egoísta

Ninguna de estas frases son correctas ni tienen nada que ver con lo que significa la autocompasión. Justo al contrario, la autocompasión nos ayuda a salir del círculo vicioso de “pobre de mi” porque reconocemos que a todos nos pasa, nos ayuda a aceptar las cosas como vienen y por lo tanto a ser más fuerte, a ser consciente de nuestras necesidades y a luchar por satisfacerlas siendo asertivos.

Cuando nos cuidamos tiernamente en respuesta al sufrimiento, nuestro corazón se abre. La autocompasión activa nuestra capacidad de amor, sabiduría, coraje y generosidad. Es un estado mental y emocional disponible para todos y que si se trabaja desde la infancia, como cualquier habilidad, mejora con los años.

Ejercicio de Meditación de compasión y autocompasión

Este ejercicio es genial para niños más mayores. Lo recomiendo a partir de los 9 o 10 años más o menos.

Para hacer este ejercicio empezamos con la meditación de mindfulness, relajando el cuerpo y enfocándonos en nuestra respiración. 

Ahora nos imaginamos una persona muy cercana y muy querida que lo haya pasado mal o lo esté pasando mal. Hacemos un esfuerzo consciente por enviarle pensamientos positivos de calma, bondad y empatía. Pensemos en el tono de voz que utilizaremos, las palabras que le diremos y el cariño que transmitiremos.

Luego repetiremos el ejercicio con un desconocido, alguien que conocemos de oídas o hayamos visto poco, mi vecino, la suegra de un amigo o lo que queramos, y haremos un esfuerzo consciente por enviarle pensamientos positivos de calma y bondad y empatía.

Después de un rato pensaremos en una persona que nos caiga muy mal, pero que sepamos que lo está pasando mal y haremos un esfuerzo consciente por enviarle pensamientos positivos de calma, bondad y empatía.

Finalmente pensaremos en nosotros mismos. Fijamos la mente en un momento del pasado o del presente que hayamos tenido una mala racha, y miraremos en la imaginación de la misma forma que lo hicimos con los demás.

Nos permitiremos sentir amor y aceptación por nosotros mismos. Nos imaginamos diciéndonos a nosotros mismos: “te quiero y estoy aquí para ti. Todo pasa y este momento malo también pasará”

Inclusive nos podemos hacer una pequeña caricia o un auto abrazo.

Así, poco a poco, entrenándonos con las meditaciones de autocompasión, iremos fortaleciendo esa capacidad para que nos salga de manera natural en todo momento.

Abrazo fuerte

Vuestra Yoguini de cabecera,

Blanca Sissa
Nuestro canal youtube: youtube.com/kefyoga
Recuerda que en Kef Yoga te ofrecemos formación.
Para sabe más has click aquí

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Política de PrivacidadAviso LegalPolítica de Cookies
Todos los derechos reservados Blanca Sissa Capon. Kef Yoga.